¿Qué letra tenían los grandes pintores? ¿Qué revelan sus caligrafías?
Primero, fue Gutenberg, después la mecanografía; y, por último, la electrónica: tres momentos cruciales de la inevitable desaparición de los textos escritos a mano, los últimos testigos de una relación preciada entre la mente y las letras, entre los estados del alma –y del cuerpo– de un autor con su escritura.
El museo de Cartas y Manuscritos de París es el guardián de estos tesoros. Y su buscador: «Nuestros equipos recorren el mundo en busca de manuscritos olvidados o perdidos», explica su presidente, Gérard Lhéritier, quien ha rescatado de sus colecciones (son más de 7000 piezas) unas 200 cartas escritas por 40 pintores entre 1800 y 1950.
De Ingres a Chaissac, de Géricault a Salvador Dalí... un compendio de todas las caligrafías más ‘artísticas’ del mundo que en estas epístolas revela no pocos caracteres de sus autores.
Claude Toffart-Derreumaux, presidenta de la Agrupación de grafólogos asesores de Francia, ha aceptado el desafío de desentrañarlos.
Magritte. «¡Es tan formal! Y a la vez infantil, preciso. Lo revela prudente, preocupado por las formas. Pero a este aparente formalismo lo destrozan las partes dibujadas de la carta. La cabeza hecha de números es una tempestad en la mente de Magritte».
Matisse. «La escritura de Matisse es un río que fluye. Va rápido. Se aprecia en que va hacia la derecha y en cómo agrupa las letras en las palabras. Pero no tiene un carácter fácil: los palos de las t puntiagudos y los finales de las letras como ganchos montan guardia».
Van Gogh. «Se ve que el deseo de producir de Van Gogh es laborioso, perfeccionista y no suelta a sus presas. Los trazos oblicuos detienen el movimiento de su letra pequeña y expresan sus ganas de aislarse y analizarlo todo. El trazo, a veces pesado, traduce angustia».
Fuente: https://www.abc.es/
¿Qué letra tenían los grandes pintores? ¿Qué revelan sus caligrafías?
Primero, fue Gutenberg, después la mecanografía; y, por último, la electrónica: tres momentos cruciales de la inevitable desaparición de los textos escritos a mano, los últimos testigos de una relación preciada entre la mente y las letras, entre los estados del alma –y del cuerpo– de un autor con su escritura.
El museo de Cartas y Manuscritos de París es el guardián de estos tesoros. Y su buscador: «Nuestros equipos recorren el mundo en busca de manuscritos olvidados o perdidos», explica su presidente, Gérard Lhéritier, quien ha rescatado de sus colecciones (son más de 7000 piezas) unas 200 cartas escritas por 40 pintores entre 1800 y 1950.
De Ingres a Chaissac, de Géricault a Salvador Dalí... un compendio de todas las caligrafías más ‘artísticas’ del mundo que en estas epístolas revela no pocos caracteres de sus autores.
Claude Toffart-Derreumaux, presidenta de la Agrupación de grafólogos asesores de Francia, ha aceptado el desafío de desentrañarlos.
Magritte. «¡Es tan formal! Y a la vez infantil, preciso. Lo revela prudente, preocupado por las formas. Pero a este aparente formalismo lo destrozan las partes dibujadas de la carta. La cabeza hecha de números es una tempestad en la mente de Magritte».
Matisse. «La escritura de Matisse es un río que fluye. Va rápido. Se aprecia en que va hacia la derecha y en cómo agrupa las letras en las palabras. Pero no tiene un carácter fácil: los palos de las t puntiagudos y los finales de las letras como ganchos montan guardia».
Van Gogh. «Se ve que el deseo de producir de Van Gogh es laborioso, perfeccionista y no suelta a sus presas. Los trazos oblicuos detienen el movimiento de su letra pequeña y expresan sus ganas de aislarse y analizarlo todo. El trazo, a veces pesado, traduce angustia».
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Francis Cáceres -Perito Caligrafo - Criminóloga
Dirección de Estudio Peritos Cáligrafos y Documentólogos